Vigor Mortis se construye al abrigo del carácter insólito o milagroso de lo ordinario. Se muestra en el detalle de los gestos, en la melancolía silenciosa de las miradas, en la afectiva incertidumbre de lo cotidiano.
Seres mutables que fluyen y exhalan con hilaridad y desgarro la memoria de la vida en la muerte duradera, seres que se agitan contra los temblores del destino. Despedida, abandono, lejanía de esos lugares que se perpetúan en la huida, vértigo por el vacío que se retuerce en las convulsiones de la última partida.