¿O son solo fantasmagorías del escritor ante la noticia más inesperada que podía recibir? Aquel a quien siempre reprocharon “no serás un verdadero Gondra hasta que tengas un hijo” ha descubierto la existencia de dos hijos gemelos de los que nada sabía: Iker, un activista que pronto saldrá de la cárcel reivindicando la lucha política, y Eneko, un escultor que vive en el extranjero sin preocuparse de pasados heredados.