Hoy, cuando ya han transcurrido más de 30 años, intento averiguar la verdad, pero nadie desea hablar de aquel tiempo de violencia y de odios: unos piensan que es mejor no remover un pasado que aún duele y otros creen que hay que volver rápido aquella página. ¿Qué derecho tengo yo a escribir aquella historia que quizás nunca ocurrió? ¿Nos ayudará el teatro a cerrar las heridas?